Como decía el gran Ford Fairlane:
"Cuanto gilipollas y qué pocas balas"
martes
Eufemismo del día I
"X: ciudad de contrastes"
Con la fiebre de las cadenas de televisión de copiarse formatos unas a otras (incluso dentro de la misma casa) estamos siendo invadidos por una auténtica oleada de programas de viajes "low cost" (el programa, no el viaje).
Que si madrileños, andaluces, españoles, callejeros... todos por el mundo, desperdigados y haciendo entrevistas (a cual más estúpida) a gente que vive (bastante bien, por cierto) fuera nuestra frontera (si, si, esa, la rayica del mapa justo encima de los Pirineos).
Claro, que esto genera un vocabulario y unos códigos propios pero bastante limitados, pues la imaginación no da para tanto cuando hay que darse prisa en sacar el producto rápido y corriendo para competir con el resto de la parrilla "viajera".
El término no es nuevo, pero de un tiempo a esta parte estamos siendo literalmente enterrados a base de repeticiones bajo un eufemismo que ha sobrepasado ya su condición de tal (y luego explicaré porqué).
Y es que para describir y nombrar la desigualdad sangrante en la sociedad de cualquier capital y adaptarla a nuestro inocuo lenguaje de la corrección política utilizamos ya la fórmula: ciudad de contrastes.
Contraste por desigualdad, toma eufemismo. Y si queríamos sopa, ahí va un cubo entero.
Sostengo que ha sobrepasado ya su condición de eufemismo ya que, en una rápida búsqueda en Google sobre el tema, me he topado con un alarmante número de reportajes que describen así la ciudad de la que hablan (tenga o no contrastes/desigualdades). Dejo a continuación prueba de ello (prometo no haber dedicado más de 10 minutos a la búsqueda).
Con la fiebre de las cadenas de televisión de copiarse formatos unas a otras (incluso dentro de la misma casa) estamos siendo invadidos por una auténtica oleada de programas de viajes "low cost" (el programa, no el viaje).
Que si madrileños, andaluces, españoles, callejeros... todos por el mundo, desperdigados y haciendo entrevistas (a cual más estúpida) a gente que vive (bastante bien, por cierto) fuera nuestra frontera (si, si, esa, la rayica del mapa justo encima de los Pirineos).
Claro, que esto genera un vocabulario y unos códigos propios pero bastante limitados, pues la imaginación no da para tanto cuando hay que darse prisa en sacar el producto rápido y corriendo para competir con el resto de la parrilla "viajera".
El término no es nuevo, pero de un tiempo a esta parte estamos siendo literalmente enterrados a base de repeticiones bajo un eufemismo que ha sobrepasado ya su condición de tal (y luego explicaré porqué).
Y es que para describir y nombrar la desigualdad sangrante en la sociedad de cualquier capital y adaptarla a nuestro inocuo lenguaje de la corrección política utilizamos ya la fórmula: ciudad de contrastes.
Contraste por desigualdad, toma eufemismo. Y si queríamos sopa, ahí va un cubo entero.
Sostengo que ha sobrepasado ya su condición de eufemismo ya que, en una rápida búsqueda en Google sobre el tema, me he topado con un alarmante número de reportajes que describen así la ciudad de la que hablan (tenga o no contrastes/desigualdades). Dejo a continuación prueba de ello (prometo no haber dedicado más de 10 minutos a la búsqueda).
jueves
pecadores de la padrera.
Esa es la portada de la razón de hoy. Una foto enorme del señor (el otro señor, el que vive abajo ) de sotana, con gesto airado.
Pecadores públicos, seréis excomulgados. Habla directamente a los políticos pro aborto.
De lo que deduzco.Siendo un cargo público no puedes contrariar a la iglesia, cargos privados tranquilos, podeis sacar la pasta de nuestro bolsillos a espuertas o lo que se os ocurra, luego confesais un poco y ya .
Promulgar ideas distintas a las de la doctrina de la iglesia en público es contrariar a dios. Es extender el caos, el desorden moral.
No dejo de preguntarme si esto se lo ha dicho dios directamente o no. De no ser así de ser todo, en estas decadas y lustros, simples intuiciones sobre lo que dios querría que hiciesemos, esta gente va a encontrarse con graves problemas el día del juicio final.
Y luego está lo de los crucifijos. Está mal quitarlos. Porque es su logotipo y si aquello no lleva logo uno no sabe que compra ni que desea ni a donde va ni nada. Uno se pierde.
La iglesia insiste en confundir a Dios con sus ideas, a sus símbolos con los conceptos. Que yo recuerde, la gente que endurece tanto la defensa de sus símbolos, de sus logos, es que algo quiere sacar a cambio. Algo nuestro.
En cualquier caso me interesa la frase. PECADORES PÚBLICOS. Creo que encierra mucho significado, muchas formas de ver el mundo. Si dios está en todas partes, que más da que haya o no crucifijo, que más da que sea público o privado el pecador.
No vale discutir cosas serias si uno de los que discuten está protegido con los inescrutables caminos de dios.
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